España azotada de nuevo por el terrorismo yihadista
agosto 24, 2017 en Sin categorizarEspaña sufrió el pasado jueves 17 de agosto el mayor ataque terrorista desde el 11-M, que dejó 192 muertos y 2.057 heridos. Un doble atentado sacudió a las ciudades de Barcelona y Cambrils (Tarragona).
El primer atentado tuvo lugar a las 16:50 en La Rambla, la calle más turística y comercial de Barcelona. Una furgoneta se abalanzó contra los viandantes y recorrió 500 metros atropellando en zigzag. El conductor y autor del atentado, Younes Abouyaaqoub, se dio a la fuga a través del mercado de La Boquería, cuyas múltiples entradas y salidas le sirvieron para escabullirse y permanecer huido hasta el lunes, cuando fue descubierto gracias a la colaboración ciudadana en una zona de viñedos de Subirats, donde fue abatido por la policía tras abalanzarse contra ellos con un chaleco explosivo falso.
El segundo atentado ocurrió sobre la una de la madrugada en la localidad tarraconense de Cambrils. Un coche con cinco personas se saltó un control policial, atropellando a seis civiles e hiriendo a un policía; acto seguido, los ocupantes salieron del vehículo para continuar su matanza usando cuchillos, un hacha y portando chalecos explosivos falsos, pero cuatro de ellos fueron abatidos al instante por la policía, mientras el quinto recorrió parte del paseo marítimo apuñalando a varios viandantes antes de ser abatido.
Los atentados se han saldado con la muerte de 15 personas y más de un centenar de heridos. Entre los fallecidos hay seis ciudadanos españoles, tres italianos, dos portugueses, un estadounidense, un belga, un canadiense y un australiano. De entre los heridos hay ciudadanos de 34 nacionalidades de distintas partes del globo. Los hechos han sido vinculados a una explosión que se produjo en la madrugada del miércoles al jueves en la localidad de Alcanar, Tarragona, en la cual una vivienda fue totalmente destruida y, posteriormente, se descubrió que la causa fue la explosión accidental de 120 bombonas de butano y propano que los terroristas iban a usar como explosivo para atentar contra la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona.
La investigación policial determinó que los atentados estaban vinculados entre si y que fueron planeados por una célula terrorista compuesta por 12 personas, y que ha sido desarticulada esta misma semana. Cuatro terroristas se encuentran detenidos, cinco murieron en Cambrils, el autor del atentado de Barcelona murió en Subirats, y dos cuerpos fueron encontrados entre los escombros de la casa de Alcanar.
El Estado Islámico reclamó la autoría de ambos atentados el mismo día, y la investigación apunta al imán de la mezquita de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, muerto en Alcanar, como ideólogo de los atentados y el culpable de radicalizar a los demás miembros de la célula, todos jóvenes de entre 17 y 34 años. Es Satty ya había pasado por prisión por tráfico de drogas y tuvo amigos involucrados en los atentados del 11-M en Madrid. El imán reunía a los jóvenes que él consideraba más propensos a la radicalización fuera de la mezquita, y poco antes de los atentados desapareció por completo.
Con la muerte de Younes Abouyaaqoub y la desarticulación de la célula terrorista, se pone fin a las tareas más urgentes del dispositivo antiterrorista, pero la policía aún mantiene la investigación abierta, pues quedan muchos interrogantes rodeando el caso. Entre ellos, la razón por la que Abouyaaqoub fue a la localidad de Subirats, donde se le vió silbando cerca de una casa en la que antiguamente vivía una familia de origen marroquí; un viaje a París que realizaron cuatro miembros de la célula cinco días antes de los atentados, o la razón por la cual nadie se dio cuenta de que estaban ocupando la casa de Alcanar, embargada por un banco, y que sirvió como lugar para preparar los atentados.
Las condolencias ante el mayor ataque terrorista en España desde el 11-M vinieron de todas partes del mundo, Donald Trump, Barack Obama, Theresa May, Angela Merkel, Enrique Peña Nieto, Emmanuel Macron, el Papa Francisco, Justin Trudeau, Vladimir Putin, el Rey de Marruecos, Mohamed VI, y muchos otros mandatarios mandaron su pésame a las víctimas de unos atentados que siguen la estela de otros acometidos en otras ciudades europeas como Berlín, Estocolmo, Londres, Niza o París y cuyas víctimas pertenecen a nacionalidades de todas partes del planeta, lo que ha convertido a Barcelona en capital mundial contra el terrorismo.