Venezuela y Brasil: De La Cocción Lenta Hasta La Ebullición

Este mes vio la culminación de varios procesos en América Latina que han estado cocinando lentamente desde hace algún tiempo. Venezuela está al borde de la guerra civil mientras su economía está colapsando, la comida es escasa y las violentas protestas se enfurecen en las calles. El país con más reservas de petróleo que Arabia Saudita está pasando por la recesión más profunda del mundo. Los supermercados están vacíos y la poca comida disponible es inasequible para la mayoría de los venezolanos debido a la inflación. Las colas de los supermercados por sí solas son extremadamente peligrosas ya que la gente ha sido robada y asesinada mientras permanecía en fila. Sin embargo, no hay alternativa. Casi tres cuartas partes de la población perdió en promedio casi veinte libras debido a la ‘Dieta Maduro’. La gente está peinando residuos para la comida mientras que los niveles de la mortalidad de niño aumentaron por treinta por ciento. Las condiciones hospitalarias son extremadamente duras, con una escasez crónica de medicamentos y asistencia sanitaria básica. Un brote de malaria agrava este problema. Las protestas diarias en respuesta a estas condiciones han matado al menos a 46 personas. Con el fin de frenar los disturbios Maduro ha encarcelado a sus opositores, cerró los medios de comunicación independientes y desató sus fuerzas de seguridad en la población. 2600 soldados fueron enviados a la zona andina cerca de Colombia para recuperar el control cuando el país marcó su 50º día de violentos enfrentamientos. Sin embargo, Maduro se comprometió a impulsar en julio con la formación de una «asamblea constituyente» con el fin de reescribir la constitución, aumentando así el temor de que los partidos de oposición queden excluidos de futuras elecciones. Mientras tanto, al sur, en Brasil, los meses de las sondas anti-corrupción hirviendo llegaron a un clímax cuando el actual presidente sentado Michel Temer mismo estaba implicado en un escándalo de corrupción. Una grabación de audio surgió en la que Temer y el presidente de la empresa de embalaje de carne JBS, discutir soborno a un político encarcelado a cambio de su silencio en su papel como testigo en la Operación Lavado de coches. En un encubrimiento conectado a la sonda anticorrupción de todo el continente sacudió a la nación. Los activos brasileños fueron objeto de dumping en los mercados financieros extranjeros y se produjeron protestas en las principales ciudades del país. Las batallas en curso entre la policía y decenas de miles de manifestantes anti-Temer condujeron al despliegue del ejército en las calles. Mientras que los mercados financieros se han recuperado, la posición de Temer probablemente no. A pesar de que Temer, en un desafiante discurso público, ha anunciado explícitamente que no se detendrá, la posibilidad de que el país vea a un segundo presidente caer en menos de un año es más probable. Si eso sucede, las reformas económicas del país, que se esperan hace mucho tiempo, pero que no son populares, estarán más lejos que nunca, disminuyendo así las perspectivas de poner fin a la profunda recesión que ha estado ocurriendo. Es probable que el efecto desbordamiento de las crisis de ambos países siga influyendo en el estado económico y político de todo el continente por el momento.