Actualización regional (19 de mayo de 2017)
mayo 19, 2017 en Sin categorizarLa violencia en México alcanza los alarmantes niveles del año 2011, con más de 23.000 muertos en 2016 según un reciente informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, que sitúa al país como el segundo más violento del mundo detrás de Siria. La violencia obedece a luchas entre diversos cárteles y a la decisión del expresidente Felipe Calderón de sacar al ejército a la calle para combatir a los narcos; una batalla que ha dejado más de 100.000 muertos.
En los últimos años la violencia se ha recrudecido por la estrategia del Gobierno de centrarse en la eliminación de los cabecillas. Paradójicamente, esta táctica ha llevado a luchas internas dentro de los propios carteles, como fue el caso del Cártel de Sinaloa, que se adentró en una lucha entre los hijos del Chapo Guzmán, deportado a Estados Unidos por la justicia, y Dámaso López, el Licenciado, hombre muy cercano al Chapo; que llevó a mayores enfrentamientos armados y a un empoderamiento de las pequeñas bandas criminales, aumentando así la violencia y los secuestros cometidos por bandas, que se calcula llegaron a 157 solo en abril. A esto se le suma la estrategia de varios cárteles, como el de los Zetas o el Cártel Jalisco Nueva Generación de aumentar la militarización de las bandas criminales que controlan, lo cual ha disparado un 22,8% la criminalidad entre 2015 y 2016.
Otro de los motivos que han llevado a una mayor criminalidad es la impunidad de los criminales ante la justicia y la amplia corrupción de varios gobernadores mexicanos, que ha llevado al partido del presidente Peña Nieto a perder diversos estados en los últimos años. La complicidad de funcionarios, gobernadores y narcotraficantes ha creado el entorno perfecto para la proliferación de la violencia. Todo este clima de criminalidad ha llegado a la sociedad, de la cual un 39% opina que los cárteles no solo tienen más poder que el Gobierno, sino que le están arrebatando la legitimidad mediante el aumento de las obras sociales y la creación de empleo.
La violencia en México tiene dos víctimas claras, los periodistas y las mujeres. El lunes 15 de mayo el periodista Javier Valdez fue asesinado, aumentando a 7 el número de periodistas asesinados en lo que va de año. Los periodistas son objetivo por la cobertura que hacen de las luchas entre cárteles y por el descubrimiento de casos de corrupción entre los funcionarios. Aparte de las cifras de fallecidos, las agresiones a periodistas están a la orden del día y la mitad de dichas agresiones son por parte de alcaldes y otras figuras públicas, que acaban obstaculizando la justicia. La violencia contra los periodistas está completamente exenta de cualquier pena en México, donde el 99,75% de los casos no son resueltos y nadie es acusado. Esto ha puesto a los periodistas en protesta contra el Gobierno, exigiendo mayores medidas para protegerles dado que México es considerado, tras Siria y Afganistán, el tercer país más peligroso del mundo para ejercer la profesión.
Otra cifra alarmante es el número de feminicidios cometidos en México, donde entre el año 2000 y 2014 hubo 26.267 asesinatos de mujeres. La violencia contra las mujeres ya estaba presente en México, donde se tiende a culpabilizar a la víctima y donde la violencia doméstica alcanza cifras significativas; pero según ciertas asociaciones, la guerra contra el narco está aumentando el número de feminicidios. En dicha guerra la agresividad crece tanto en los criminales como en los miembros de las fuerzas de seguridad, agresividad que después se traslada a la vida diaria de todos ellos, aumentando la tasa de violencia doméstica contra mujeres. A esto se le suma la llamada «narcocultura», nacida en los años 40 y muy extendida en el Estado de Sinaloa, que encumbra al hombre en una jerarquía de despilfarro, excentricismo y violencia; y donde la mujer queda relegada a la base de la escala por ser considerada un miembro débil y subordinado.
A pesar del éxito inicial de los presidentes Calderón y Peña Nieto en su lucha contra el narcotráfico, actualmente surgen problemas derivados como las luchas internas en los cárteles y el aumento de las pequeñas bandas criminales. Esta será la herencia que Peña Nieto dejará a su sucesor, en las elecciones de 2018 que se esperan muy reñidas, que tendrá que reformar la estrategia contra la violencia y aumentar la protección contra las víctimas de esta guerra.
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La sombra del «impeachment» rodea al presidente de Brasil, Michel Temer, tras autorizar el Tribunal Supremo una investigación al salir a la luz unas grabaciones en las que se puede oír al presidente confesar que está pagando sobornos al expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, actualmente en prisión, para comprar su silencio. La noticia ha conmocionado al país, la oposición exige en multitudinarias protestas la dimisión de Temer, y la bolsa tuvo que cerrar tras sufrir las mayores pérdidas en su historia desde la quiebra de Lehman Brothers. El presidente, que sufre una deserción de aliados, ha asegurado que no renunciará a su puesto a pesar de tener menos del 10% del apoyo popular.