Escándalo frente a presencia de las FARC en la Guajira Colombiana
marzo 2, 2016 en ColombiaEl pasado 18 de febrero de 2016 varios de los miembros del equipo de negociación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) participaron en una jornada realizada en el corregimiento de El Conejo, en el municipio de Fonseca en la Guajira colombiana. Según varias fuentes, los miembros identificados como ‘Iván Márquez’, ‘Jesús Santrich’, ‘Rodrigo Granda’ y ‘Joaquín Gómez’ estuvieron presentes. Los cuatro son miembros del equipo negociador de las FARC en la Habana, Cuba, donde esta guerrilla se encuentra negociando con el gobierno nacional de Colombia un acuerdo de paz que se espera firmar este año y finalizar más de 50 años de conflicto armado entre las dos partes.
Su participación en un evento realizado en el norte del país ha generado una gran polémica en Colombia, en parte, porque la presencia de miembros de las FARC en esta localidad estuvo marcada por la presencia de un número hasta el momento indefinido de guerrilleros que escoltaban a los líderes. La noticia fue primero reportada en la cuenta de twitter de un diario local, y luego fue motivo de comentarios del grupo del expresidente Álvaro Uribe Vélez quien es un fuerte opositor a las actuales negociaciones de paz.
A raíz del escándalo mediático que se desató a las pocas horas, en lo que fue condenado como un ejercicio de política armada y violación al derecho internacional humanitario, el presidente colombiano Juan Manuel Santos prohibió a las FARC el ejercicio de cualquier tipo de ‘pedagogía para la paz’. Una semana después fue convocada una reunión en Cuba entre el gobierno y los delegados de las FARC que terminó con un nuevo acuerdo sobre los protocolos de seguridad a ser utilizados por los líderes guerrilleros para sus ejercicios pedagógicos.
Los ejercicios pedagógicos llevados a cabo por la guerrilla de las FARC como reconoció uno de los comisionados de paz Humberto de la Calle, se han llevado con regularidad en los últimos meses por parte de las FARC con el objetivo de mantener informadas a sus tropas sobre los avances en las negociaciones que se llevan a cabo en Cuba. De acuerdo a la misma fuente, en el último año los delegados de las FARC han realizado un total de cinco visitas que habían sido autorizadas previamente con este objetivo.
Instituciones como el Centro de Pensamiento y Seguimiento al Dialogo de Paz y miembros del partido Polo Democrático Alternativo han afirmado que las jornadas pedagógicas son fundamentales, no sólo para socializar la información que se discute en La Habana, sino también para contribuir a la reducción de la incertidumbre en las bases guerrilleras y la tensión que pueda existir en la relación entre los miembros de la guerrilla y la población civil.
El escándalo mediático y las respectivas reacciones y acuerdos que se desprendieron de él llaman la atención sobre los retos que enfrentan estas negociaciones, no solo para su ciclo final sino también para los modos en los que su contenido es y será socializado y sus implicaciones políticas. Por un lado, y como destacó el alcalde del municipio de Fonseca, la falta de información proporcionada a las autoridades locales sobre la presencia de miembros de las FARC implica que la aplicación de los acuerdos debe tener en cuenta a los actores locales involucrados y a las formas institucionales que están presentes en cada localidad.
Si bien el evento se realizó luego de que una organización civil solicitara en las oficinas del gobierno local permiso para hacer una jornada de información sobre los acuerdos de paz, nunca se mencionó la presencia de camuflados de las FARC y mucho menos de los líderes de la organización. Además, y según sugieren diferentes medios y la investigación que recientemente abrió la Procuraduría General de la Nación en contra del Ministerio de Defensa, el gobierno nacional tenía conocimiento de la manifestación política (pero no de sus asistentes) en cuanto, al aparecer, las fuerzas armadas y la policía dejaron de hacer presencia en El Conejo durante las fechas cercanas al evento. Sin embargo, las autoridades locales, al parecer, nunca fueron informadas.
Por otra parte, es importante destacar que la manifestación sugiere que con el cercano fin de las negociaciones de paz entre las partes que acaban de culminar su ciclo número 47, las FARC han empezado a vislumbrar su rol político en Colombia realizando actividades que corresponden con las que realizan otros políticos tradicionales en época de elecciones, tal como sugieren medios de análisis del país como la Silla Vacia. La capacidad de convocatoria y la logística de la jornada podrían sugerir que, en el periodo posterior a la firma del acuerdo, las FARC le apostarán a conformarse como una alternativa política seria desde el momento en que las conclusiones de la negociación sean sometidas a referendo nacional o una constituyente para ser refrendados.
El ya cercano fin de las negociaciones de paz entre el gobierno nacional y las FARC exige que las empresas estén atentas a las modificaciones en el ambiente institucional en Colombia y, en particular, procuren mantener relaciones claras con las autoridades y poblaciones locales. Las potenciales dificultades que significan la ausencia de vías formas de comunicación de socialización por vía estatal de lo que se discute en La Habana no puede servir de excusa para que los actores privados no diseñen estrategias que contemplen las discusiones que se dan en el ámbito nacional y las aterricen a sus operaciones en las distintas localidades del país. Por otra parte, el interés que reflejan los miembros de las FARC en participar de las formas políticas tradicionales llama la atención para que las actividades del sector privado y sus relaciones con las autoridades locales sean cuidadosas y estén atentas, para no promover dinámicas de exclusión política que cierren los espacios de participación que diferentes grupos sociales reclamarán en el escenario del post-acuerdo.